Por: César Palma Galindo
Vivencias…Uno de mis sueños de niño era cantar, si, pararme frente al público y lanzar melodías de moda que gusten a quienes me escuchen. Eran los años 80 y recuerdo que me encerraba en mi dormitorio a entonar los clásicos de Camilo Sesto, José José, Rafael, Doltons o cantante que escuchaba de los casetes de mi madre.
Esas ganas nacieron de las clases de mi profesor Gubert Zúñiga, director en aquella época del Colegio San Jerónimo. En clases a modo de afinar garganta nos hacía entonar una y otra vez la frase “Me gusta mucho Cantar” y cada uno hacía lo posible para armonizar y pronunciar bien cada palabra.
Esperaba los domingos para sentarme en el grupo de los niños de la misa de nueve de los Capuchinos. Entonaba con ganas cada estrofa y lo hacía a voz en cuello pensando siempre que destacaba entre los presentes, mi ego se alimentaba en cada nota y quizás, solo quizás vivía un sueño distinto a la realidad.
Pero creces y el tiempo te contrasuelea, este aficionado se dio cuenta que no daba quizás la talla y poco a poco ese sueño se fue desvaneciendo como el humo de un cigarrillo en el viento.
Eran épocas donde muchos padres te enfrentaban con tu futuro, “los cantantes son bohemios, no quiero un hijo sumergido en el alcohol y quien sabe que otros vicios”, “la música no te lleva a nada busca una profesión”, “estudia y deja de soñar”, entre otras, repetían los adultos a quienes contabas con ganas que te gustaría hacer.
De hecho, no tendré la voz de un Cesar Deglane o la clase de La Zamba Dery G Vargas o el desenvolvimiento de Rony Carbajal vocalista de Por Dinero, pero le ponía ganas.
Ha pasado el tiempo y las ganas quedan, los gallos nos acompañan, canto en la ducha o cuando hago alguna actividad y si, me di cuenta que como cantante soy un buen espectador de conciertos.
Pero me quedó claro que uno debe luchar por sus sueños, aunque en vez de melodías salga de tu garganta gritos que espanten a la audiencia.

Vivencias…»Los padres tenemos el compromiso de apoyar a nuestros hijos»
Ahora, espero que estos sueños no se trunquen a los jóvenes de ahora, los padres tenemos el compromiso de apoyar a nuestros hijos, no se trata de ganar mucho dinero, se trata de mostrar que los talentos existen y pueden brillar aun en la más negra oscuridad.
Subir a un escenario nos permite ser libres por un momento, no importa lo que hagas, disfrútalo, ese momento de repente no se volverá a repetir, se feliz y muéstrale al mundo de lo que eres capaz, total al final ganarás aplausos o carcajadas, pero fuiste tu contra varios y eso te hace una persona valiente y admirada.
De esta manera quiero decirles gracias a todos quienes muestran su arte sin temor, aquí tienen un admirador por los siglos de los siglos. Si, siempre que los vea en sus conciertos seré ese loco desafinado entonando sus canciones.