Por: César Palma Galindo
VIVENCIAS… Llegamos a Diciembre y la magia de la Navidad invade nuestros corazones. De pequeños vivimos con la ilusión de la visita del viejo panzón que no sabemos como en un simple saco puede llevar regalos a todos los niños del mundo, si, Papá Noel quien debió leer nuestras cartas y dejar bajo el árbol nuestro pedido navideño.
Nunca pedí algo material o por lo menos no recuerdo un juguete que llenara algún deseo infantil, solo quería estar rodeado de la familia que amaba y sentir su cariño con su sola presencia.
Dormir temprano era la consigna para luego despertarnos a la media noche para abrir los regalos y devorar la cena que constaba de pavo y diversas ensaladas, como la de pallares, ensalada rusa entre otras.
En medio el panetón que a mi en particular nunca me gustó, tenia que sacar las pasas y la fruta confitada para que pase. El chocolate era otro que no era de mi gusto.
Junto a estos dos potajes en la mesa se encontraba el famoso pavo relleno, su carne seca tampoco era de mi agrado hasta que a mi hábil madre se le ocurrió ponerle el nombre de pollo Navideño.
Que exquisitez decía yo, me lo comía con gusto el famoso pollo cocinado solo para mi mientras el resto se atoraba con su pavo seco.
Mi inocencia lidiaba junto a aquellos regalos que se repetían año tras año. Armar mi pista de autos y mi tren que era de aquellos eléctricos con muchos rieles. Era la única fecha en el año que los podía armar, luego ya grande perdí todo. Ahora pienso que hubiera sido una buena herencia para mis hijos.
Pero como decía al comienzo y es algo que hasta hoy me pregunto porque no lo he cumplido ahora de adulto, esta es una fecha donde todos hablan de amor al prójimo y lo tenía siempre presente por ello cada vez que veía a una persona niño o adulto que parecía no tenía la posibilidad de tener una buena nochebuena deseaba llevarlos a casa a compartir con nosotros.
Pero el miedo invade a los adultos pues aquel ser humano tendría que quedarse en casa a dormir y no se sabía si era una persona de bien así es que tenía una negativa de por medio.
Pero siempre me las ingeniaba para darles algo y así en el caso de niños hacía que desaparezcan algunos juguetes, comida o ropa pues, de alguna manera sentía la necesidad de ayudarlos.

Navidad: este 25 de diciembre sea un día de amor
Hoy pienso que todos debemos ponernos la mano al pecho y pensar que este mes realmente existe para brindarle al prójimo todo el cariño que necesita y que esta lejos de lo material.
De esta manera deseo de todo corazón que este 25 de diciembre sea un día de amor, y que sirva para renovar los votos familiares y que el mensaje del niño Dios se aloje en su alma.
Permitanme dedicarle éstas últimas líneas a todas las personas a quienes amo y decirles que si en algún momento les fallé me redimiré y seguiré trabajando para mejorar.
Que la tolerancia, la solidaridad y la empatía sean símbolos de esta nochebuena, y brinden por el amor de la familia. Feliz Diciembre, Feliz Navidad.