José Belaunde
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una proclamación que prohíbe, a partir de la próxima semana, el ingreso de ciudadanos de 12 países. Además, la medida impone restricciones adicionales a personas provenientes de otros 7 países.
De acuerdo con la proclamación, los ciudadanos de Afganistán, Myanmar, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen no podrán ingresar al país en ninguna circunstancia.
De similar manera, los ciudadanos de Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela tendrán la entrada parcialmente restringida.
“Estas restricciones de sentido común son específicas para cada país e incluyen lugares que carecen de una verificación de antecedentes adecuada, presentan altas tasas de permanencia tras el vencimiento de la visa o no comparten información sobre la identidad y las amenazas«, señaló la portavoz de la Casa Blanca, Abigail Jackson.
Esta no es la primera vez que Donald Trump impone restricciones de viaje. Al inicio del comunicado difundido por la Casa Blanca este miércoles, se hace referencia al veto que el entonces presidente implementó en 2017, al comienzo de su primer mandato, contra ciudadanos de siete países de mayoría musulmana.
“Durante mi primer mandato, se restringió la entrada de ciudadanos extranjeros en Estados Unidos, lo que impidió con éxito que las amenazas a la seguridad nacional llegaran a nuestras fronteras y tuvo el respaldo del Tribunal Supremo”, redactó Trump en la orden presidencial.
Recientes atentados contra la seguridad en Estados Unidos
A inicios de semana, 8 personas resultaron heridas tras un ataque realizado por un hombre con bombas de gasolina (cocteles molotov) en Boulder, Colorado. Se estaba celebrando un evento pacífico de apoyo a los rehenes israelíes, secuestrados en Gaza por la organización Hamás.
Mohamed Sabry Soliman, de 45 años y origen egipcio, quien gritó «Palestina libre» fue visto lanzando cócteles molotov y utilizando un lanzallamas improvisado contra los manifestantes.
Además, este fue el segundo incidente en menos de dos semanas en Estados Unidos, ambos con relación a la actual guerra en Gaza.
El 21 de mayo, un hombre abrió fuego durante un evento de networking en el Museo Judío, en el centro de Washington, causando la muerte de una joven pareja que trabajaba para la embajada israelí. Según la policía, al ser detenido, el atacante gritó «Palestina libre, libre».
Igualmente, Trump, enfatizo que las políticas de inmigración propuestas por el expresidente, Joe Biden, son una de las razones por las que han sucedido los recientes atentados.
Motivos de las restricciones
La administración Trump justificó restricciones migratorias argumentando que algunos países no cooperan adecuadamente con Estados Unidos en temas de seguridad y repatriación.
En el caso de Cuba, se le acusa de ser un Estado patrocinador del terrorismo, de no compartir suficiente información policial y de negarse históricamente a aceptar a sus deportados.
Venezuela, por su parte, carece de una autoridad central eficiente y de mecanismos de control, y también ha rechazado la repatriación de sus ciudadanos. Somalia enfrenta críticas similares, ya que su gobierno no controla completamente el territorio, carece de sistemas de verificación adecuados y es considerado un refugio para grupos terroristas.
Por otro lado, países como Sierra Leona, Burundi, Togo y Guinea Ecuatorial no presentan amenazas significativas de seguridad, pero se incluyen en las restricciones por motivos administrativos. En estos casos, el principal argumento es el alto porcentaje de ciudadanos que, tras ingresar legalmente con visa, exceden el tiempo permitido de estancia en Estados Unidos.
Durante su primer mandato, Donald Trump impuso restricciones de entrada a ciudadanos de varios países, incluidos Cuba, Irán, Libia, Corea del Norte, Somalia, Sudán, Siria, Yemen y, de forma limitada, Venezuela, restringiendo solo a funcionarios del gobierno y sus familiares. Estas medidas fueron parte de una política migratoria más estricta centrada en la seguridad nacional.
El gobierno estadounidense argumentó que estas restricciones respondían a la presencia de grupos terroristas en algunos de esos países o al patrocinio estatal del terrorismo. Además, señaló que la falta de cooperación en la verificación de identidad, el intercambio de información y la aceptación de deportados dificultaba el control migratorio y representaba un riesgo para la seguridad interna.