Por: Christiaan Lecarnaqué Linares
El Pirata| Hablemos de películas… Cónclave es una película interesante que no te deja indiferente. El final de esta película podría parecer absurda, pero al profundizar un poco más en su propuesta podría tener sentido.
De qué trata. Pues como su nombre lo señala se trata de un cónclave convocado para elegir al nuevo Papa. Está basada en el libro del mismo nombre escrito por Robert Harris.
La elección del heredero no es nada santa. Hay bandos conspirando planes para ganar el papado. Incluso jugadas terrenales y corruptas para dejar atrás al rival de turno.
También es cierto que la elección imita la polarización actual entre derechas e izquierdas cada uno pugnando desde sus sitios por una cuota de poder, añadiendo episodios que favorecen tanto una como la otra.
«No se puede ser centrista», dice uno de los personajes y parece una frase que calza bien en los tiempos actuales en que piden a cualquier ciudadano tener una posición sobre algo o alguien.
CÓNCLAVE… ¿MANIPULACIÓN?
Lo interesante es como el gran elector, el cardenal elegido para organizar el cónclave y llevarlo de la mejor manera posible, encausa sutilmente las preferencias de los cardenales.
Desde el inicio se plantean las creencias de este personaje y se le atribuye honestidad y coherencia en sus actos. Entonces guiado por estos rasgos de personalidad es que obra y toma decisiones difíciles.

Hay dos momentos claves donde interviene con dos preferidos del cónclave e influye en la elección del nuevo papa.
Al observar el papel de este personaje uno piensa por un momento que está manipulándolo todo para favorecer a su bando, porque lo tiene, o para beneficiarse.
ESE FINAL
Sin embargo el final otorga otra perspectiva.
Ese epílogo también confunde, no en el mal sentido, sino que viene con un giro final completamente inesperado e incluso absurdo. Es como si se tirara abajo todo lo construido en la película.
Sin embargo tiene sentido cuando lo conectamos con el discurso inicial del gran elector pronunciado al inicio del cónclave al hablar de la certeza y la duda.
Ese diálogo define al protagonista y por eso es que actúa como actúa cuando enfrenta a dos favoritos de los cardenales.
Luego hace lo mismo con el papa electo. En ese caso deja que la duda se mantenga y haga lo suyo: dejar preguntas en el aire y crear mitos que muchas veces sostienen las sociedades.
Interesante propuesta de Edward Berger, recientemente conocido por su trabajo al mando de Sin novedad en el frente, película de Netflix, que apunta a tejer con mucha paciencia una elección supuestamente celestial, pero con muchos matices mundanos.
SINOPSIS
Tras la inesperada muerte del Sumo Pontífice, el cardenal Lawrence es designado como responsable para liderar uno de los rituales más secretos y antiguos del mundo: la elección de un nuevo Papa.
Cuando los líderes más poderosos de la Iglesia Católica se reúnen en los salones del Vaticano, Lawrence se ve atrapado dentro de una compleja conspiración a la vez que descubre un secreto que podría sacudir los cimientos de la Iglesia.