Por Wilfredo Mendoza Rosado
CREO QUE… Hace una buena cantidad de años, luego de ahorrar sol en sol, pude comprar “Honrarás a tu padre” de Gay Talese. El primer libro de no ficción que desvela los secretos de la Mafia y puso en jaque la vida de su autor, quien viajó a Sicilia y se infiltró en la intimidad de los Bonanno durante seis años.
Una lluviosa noche de octubre de 1964, dos gansteres secuestraron al famoso jefe mafioso Joseph Bonanno. A la mañana siguiente la policía neoyorquina informaba de su muerte. Un año después, Bonanno reapareció de forma misteriosa, y su vuelta desató una sangrienta disputa entre familias de la mafia.
Lo que siempre me quedó, marcado, luego de su lectura, fue el elevado concepto que los mafiosos tuvieron de la familia, lapsus, de su familia.
En el mismo concepto, dijo una vez Don Vito Corleone: “Un hombre que no pasa tiempo con su familia nunca puede ser un hombre de verdad. La familia es lo más importante en la vida. Todo lo que hago, lo hago por mi familia” El Padrino de Mario Puzo.
Hace algunos días, una persona muy especial, lo sigue sabiendo, me regaló del mismo Puzo “Los Borgia” Mientras la peste negra asolaba Europa, una nueva cultura empezaba a florecer en las ciudades y se iniciaba una época de esplendor para las artes, las letras y las ciencias.
En Roma, la restauración del trono papal único auguraba una nueva etapa de poder y fausto, pero la corrupción amenazaba a la Iglesia. Altos mandatarios eclesiásticos visitaban los burdeles, mantenían a varias amantes, aceptaban sobornos y comerciaban con las bulas. Así era la vida en el Renacimiento.
Así era el mundo de Alejandro VI, el Papa Borgia, y de sus hijos César, Juan, Lucrecia y Jofre. Ésta es su historia, el retrato fascinante de una familia cuya ambición y sed de poder la llevaría a la cima del mundo, y la crónica del alto precio que pagaron por ello.
Obvio, no voy a resaltar, a la mafia, pero su sentido de “unidad de la familia” es innegable. Algo que lamentablemente nos falta, en nuestra sociedad, donde la familia es lo que menos importa. Esta es la que nos da valor como persona. Son las raíces que dan estabilidad, en los nubarrones de la agitada vida.
«Lo que fue nuestra infancia influye decisivamente en lo que somos, en el resto de nuestra vida» Rosa Montero. Y agrega, que muchas veces despotricó de su familia, pero luego reflexionó, sobre la semilla que fue, para ser lo que hoy es…

Creo que… por altos y bajos de la vida
Más de una vez, he arremetido, sobre mi familia, pero siempre he tenido presente, que sin ella, probablemente hubiera andado descarriado, por los altos y bajos de la vida. A veces pensamos que, sólo por compartir sangre, todas estas lecciones de lealtad y compromiso de las que estamos hablando en esta lista vienen implícitas.
Como si al nacer firmásemos un contrato. ¡Y eso no es así! Muy al contrario, las buenas familias se construyen, se cuidan, se unen por las circunstancias. E incluso esa voluntad de crear comunidad se aplicaba a sus socios no sanguíneos, tejiendo así una red que puede salvarte la vida en los malos momentos.
Coincidencias o discrepancias, la familia, con miles de excepciones, no crea ni construye, muy al contrario, más son los casos de traición y arrebato, por un bien más un bien menos. Nada más absurdo, en este mundo de la Inteligencia Artificial.
No hagas promesas que no puedes cumplir. No hay que hacerlo con nadie en general, pero mucho menos con la familia. Cuando haces una promesa, comprometes tu propia dignidad, así que no las hagas a la ligera. Las consecuencias, especialmente entre la familia, pueden ser irreparables.
Lo que uno promete, debe cumplir, cueste lo que cueste. Sin embargo, esta lealtad, no es bien entendida, pareciera que solo es cosa del momento, o solo para evitar el que dirán…
La familia es lo primero y lo último leo en la carátula de “Los Borgia”, y conste que quien me lo regaló, estaba en problemas, porque dada mi adicción por los libros, supongo que temía, uno que se repita. ¿Adiviné? Y vaya que lo hizo. Nuevamente, gracias por todo, te lo reitero. Fuiste el mejor regalo.
Lo mejor es que coincidimos, que la familia siempre es y será lo primero y lo último para conservar, cuando no quede nada. Y, aunque el mundo no es perfecto, sabemos que la familia es el sello que nos define, y seguimos adelante…nunca para atrás. Hasta la próxima.