Por: César Palma Galindo
VIVENCIAS…Hoy me levanté temprano y vine a saludarte. Una rosa y unas florcitas blancas como la Ilusión que le llevabas al papá Manuel cuando lo visitábamos en el cementerio. No había un solo domingo que no fuéramos a verlo. También te puse un juguetito, un remolino que nos recuerda que aquí el viento sigue soplando.
Se viene Semana Santa y así como extrañamos en Navidad tu relleno en el pavo extrañaremos tu chupe de viernes y tus mazamorras con arroz con leche. Que tragadera las que nos dábamos en estas fechas.
Almorzábamos escuchando el sermón de las siete palabras y nunca dejábamos de ver las historias bíblicas en la televisión, a ti te gustaba ver Ben – Hur y el Manto Sagrado.
Ya en la adolescencia yo me despertaba biblia en mano a ver todas las películas que hablaban desde el antiguo hasta el Nuevo Testamento. Que buena forma de leer el libro sagrado y recuerdo que después de ver en algún momento La Profecía me leía una y otra vez el libro del Apocalipsis.
El viento sopla y me susurra un recuerdo, cuando me llevabas a ver la procesión del Santo Sepulcro, miraba atento el rostro del señor en esa tumba de vidrio que representa cuando fue bajado de la cruz.
No solo veía la imagen de yeso, para mí era esa persona que dio todo por nosotros, esa persona que no buscó santos ni gente buena sino se rodeó de ladrones, prostitutas y cuan indeseable social en la tierra para enseñarles cual era el verdadero camino del bien. Tarea difícil pero que sólo él podría cumplir para salvarnos del pecado.
El viento sopla de nuevo y en otra dirección me dice que aquí en la tierra el tiempo pasa volando y no me quiero ir, me gustaría que los segundos sean eternos y poder estar mas tiempo juntos.
Mira cerca a nosotros hay una familia con sus bancos y sus paraguas que los cubren del sol y tu seguro ya estas renegando y gritando de porque no traje algo para cubrirme y estarás diciendo que parezco gallinazo y yo te diré como siempre que quiero ser negrito.
Mira acaba de llegar un señor con su ukelele y toca a su familiar que esta descansando como tú, disfrutemos la melodía como en la sala cuando a todo volumen ponías tus canciones de la nueva ola o yo alguna trova o salsa.
Que maravilla poder tocar un instrumento y que sea la salida de todos tus sentimientos, qué bacán poder ofrecer algo mas que flores y una conversa larga. Un poco de silencio, cerremos los ojos y disfrutemos de su arte, ya tica su Mambo de Machaguay.
Vez a aquel caballero que esta solo cerca al artista del ukulele, lleva mas de quince minutos rezando a su familiar, va de un lado a otro con su lento andar, lleva un sombrero puesto para cuidarse del sol. Un vaso de gaseosita y continua el concierto, cada uno de ellos llenos de cuantas historias estarán.

VIVENCIAS… El show tiene que continuar
El amor a los seres que se fueron no tiene limites mira esa señora llegó en su silla de ruedas y trae un regalo a su ser querido además de flores y así mas personas llegan a este Campo Santo, quizás cargando tristezas recordando a quien tuvo que partir pero conscientes de que aquí el viento sigue soplando porque la vida continúa y como dirían los artistas, «El show tiene que continuar».
Bueno, tengo que partir como siempre con la tranquilidad de saber que estas bien. Seguiré comiendo el arroz con leche que tanto me gusta y tu lo sabes, mi pierna de pollo que tanto me separabas porque es mi presa favorita, seguiré haciendo planes para viajar.
No olvides que te quiero mucho y que a pesar de la distancia no dejamos de ser compañeros de vida.
Terminó también el concierto a ritmo de la marcha del Señor de los Milagros. Cuídate Teresita, no comas muchos dulces, saluda a todos los que están contigo y si llevan la delantera y esta Semana Santa estarás como siempre presente en mi corazón.