Una joven mujer, que estaba reportada desaparecida, fue hallada sin vida en unos terrenos de cultivo, en medio de un maizal, en el sector de Los Molles, en la parcela 405, en El Pedregal – Majes. Esmeralda Arosquipa A. (35), salió de su casa el pasado 28 de abril, con dirección a su trabajo donde se reunió supuestamente con sus compañeros, para ir a festejar el Día del Trabajo, nunca volvió a su casa.
El hallazgo ocurrió cerca de las 7 de la noche del sábado 4 de mayo. Agentes policiales llegaron hasta la zona, constatando que el cuerpo de la víctima presentaba algunas lesiones. Familiares de la joven madre de familia, también llegaron hasta el alejado lugar, reconociendo a la fallecida.
Se presume que fue víctima de feminicidio. Los agentes policiales ya tienen los nombres de las personas que estuvieron con ella, en los supuestos festejos por el Día del Trabajo. Para la familia el autor del crimen sería el jefe de Esmeralda, un empresario y agricultor de vid. Según narró su hermana, este individuo la citó el domingo 28 de abril, para realizar un compartir.
“Pedimos justicia, para mi hermana, yo se quien lo pudo haber hecho, fue su jefe, es la última persona que la vio, hay llamadas con ese hombre”, dijo llorando la hermana de Esmeralda. Lo que les pareció raro es que apenas la policía le preguntó sobre Esmeralda, este individuo contrató abogados, sin querer contestar que ocurrió ese día.
La víctima fue encontrada sin sus pertenencias, la hermana indicó que el teléfono está apagado desde la noche del domingo, y no fue encontrado con la fallecida. Tampoco sus documentos, ni sus pertenencias personales que llevaba cuando acudió a su trabajo al presunto compartir en el lugar donde laboraba.
La Policía Nacional realizó las diligencias preliminares la noche del sábado, acordonando la zona, para la llegada de peritos y personal de Homicidios, de la ciudad de Arequipa. Recién este domingo 5 de mayo, el cuerpo fue levantado y trasladado a la morgue de Arequipa.

Mujer deja dos hijas en orfandad
Según narraron los parientes de Esmeralda, ella se había separado de su pareja hace poco. Deja en la orfandad a dos hijas, la mayor de 18 años, que estudia en la universidad, y una pequeña de apenas 3 años de edad.
“Queremos justicia, queremos llegar hasta lo último y que el asesino pague, mi hermana no pudo haber muerto así”, dijo llorando.