Por Sandra Bellido Urquizo
¿Y AHORA QUÉ?… Un nuevo escándalo político se desató en el Perú luego de que la presidenta Dina Boluarte suscribiera en la ciudad de Niza, Francia, el Tratado sobre la Biodiversidad Biológica Marina en Áreas Fuera de la Jurisdicción Nacional (BBNJ, por sus siglas en inglés), también conocido como el Tratado de Alta Mar.
Este acuerdo internacional, promovido por Naciones Unidas, busca proteger la biodiversidad marina en aguas internacionales (es decir, más allá de las 200 millas náuticas de soberanía marítima que posee cada país) y establece mecanismos para crear áreas marinas protegidas, evaluar impactos ambientales y regular el acceso y uso de recursos genéticos marinos.
La firma del tratado ha sido duramente criticada por diversos gremios empresariales, pesqueros y figuras políticas peruanas, quienes consideran que este acto representa una cesión de soberanía y podría afectar el futuro de la actividad pesquera nacional.
Sin duda alguna, uno de los más contundentes ha sido el excongresista y vocero de los gremios de pescadores artesanales, Roberto Vieira, quien calificó la acción de Boluarte como una «traición a la patria«.
Asegura que no existió consulta previa ni respaldo institucional, pues no hay acta del Consejo de Ministros que respalde la decisión presidencial.
«¿Cómo es posible que se firme un tratado internacional sin consultar a los gremios ni al Congreso? Esto afecta directamente nuestros intereses como país pesquero», expresó Vieira y criticó al Parlamento por su silencio, calificándolo de «cómplice».

Por otro lado, el exvicecanciller Hugo de Zela intentó bajar el tono de la polémica al asegurar que la firma del tratado no vulnera la soberanía sobre las 200 millas náuticas del dominio marítimo peruano, tal como lo establece el artículo 54 de la Constitución.
No obstante, reconoció que el tratado podría tener implicancias técnicas y comerciales en el mediano plazo, dependiendo de cómo se implementen los mecanismos de regulación.
¿Y AHORA QUÉ?… Tratado de alta mar: Estados Unidos y China no han suscrito en tratado
Sin embargo, uno de los puntos que genera más suspicacias es que Estados Unidos y China (las dos potencias marítimas más grandes del mundo), aún no han suscrito el tratado.
Estados Unidos no envió delegación oficial y no ha mostrado indicios de ratificación del tratado, mientras China, aunque estuvo presente con representantes como el vicepresidente Han Zheng, no ha anunciado intención de ratificar ni participar activamente.
Esta omisión ha llevado a varios sectores a cuestionar si es conveniente para un país como el Perú, con una importante industria pesquera, comprometerse en un acuerdo que las principales potencias prefieren evitar por ahora.
Mientras tanto, la controversia sigue abierta. ¿Estamos ante un avance en materia de conservación ambiental global? ¿O se trata de una decisión precipitada que podría perjudicar los intereses marítimos del Perú?