Curioso hallazgo. Una formación similar a un volcán en Songoña, distrito de San Pablo, provincia de Canchis, Cusco, fue descubierta por los pobladores al cual han apodado el “volcán más pequeño del mundo”. El fenómeno generó diversos cuestionamientos: ¿es realmente un volcán?, ¿tiene potencial de crecimiento o representa riesgo para las comunidades vecinas?
El jefe del Instituto Geofísico del Perú (IGP), Hernando Tavera, confirmó que no se trata de un volcán y no expulsa magma. Se trata en realidad de un “volcancito de arena”, una formación común en zonas con aguas subterráneas y gases atrapados en el subsuelo, que al encontrar una vía de escape arrastran tierra y arenas hasta la superficie, conformando pequeños conos
Tavera explicó además que esta estructura no crecerá y su actividad cesará una vez se liberen completamente los gases contenida en el subsuelo. “Va a quedar ahí” —afirmó—, remarcando que se trata de un fenómeno inofensivo y propio de suelos drenados por aguas y gases internos
El organismo técnico del IGP ya envió un equipo para realizar un análisis de campo, utilizando herramientas como cámaras térmicas, GPS, drones para foto-cartografía y medición de parámetros físicos y químicos del agua para determinar el tipo de gases y su impacto potencial
Las evaluaciones servirán para comprender mejor la dinámica de este fenómeno y monitorear posibles efectos en el entorno.
“El volcán más pequeño”, ya no crecerá más
En conclusión, el llamado “volcán” de Songoña no representa amenaza ni actividad volcánica real, y más bien ofrece una oportunidad científica para estudiar procesos geológicos locales. El trabajo del IGP en terreno permitirá confirmar su evolución y asegurar a las comunidades que no hay riesgo para la seguridad ni el territorio.
“La inspección incluyó una evaluación geodinámica del sitio, con observación directa de la morfología del terreno, el tipo de material expulsado y las condiciones generales del entorno. Asimismo, se recolectaron muestras representativas de lodo, agua y rocas adyacentes, las cuales serán analizadas posteriormente en laboratorio para precisar su composición y origen”, explicó la vulcanóloga Katherine Vargas.