Carlos Herrera
Este lunes 17 de febrero de 2025, iniciará un paro indefinido en el Valle de Tambo, en la provincia de Islay – Arequipa. La premisa es el rechazo al proyecto minero Tía María, de la empresa Southern Perú, que ya va más de 15 años, por un sector de la población.
La división por la ejecución o no de este proyecto, ha generado una notable división. Por un lado, se tiene a los dirigentes vecinales y de los agricultores del valle, que piden que se descarte por completo Tía María.
Por el otro, se tiene a un grupo de pobladores que piden que el mismo se concrete, ya que será una fuente de generación de empleo.
BAM Noticias, pudo verificar esta polarización que ha generado el proyecto minero Tía María en Islay. En un recorrido realizado a finales de enero de 2025, pudo conversar con diversos pobladores de los distritos de Mejía, Deán Valdivia, Punta de Bombón y Cocachacra.
Por un lado, se tiene a las personas que respaldan el proyecto, porque genera puestos de trabajo y está permitiendo dinamizar la economía de estos distritos, ya que son los pobladores de la zona, los que estarían siendo beneficiados con los empleos.
Por el otro, se tiene a quienes rechazan estas afirmaciones, y se reafirman en que Tía María será el fin de la actividad agrícola del valle de Tambo y, ahora, también, afirman que el proyecto generará la desaparición del balneario de Mejía.

La tesis de la “hecatombe” por Tía María
Cuando se le pregunta a Miguel Meza Igme, dirigente de Cocachacra y mototaxista, si es posible que el agro conviva con la agricultura, es tajante en decir que no, “es imposible”. Afirma que es difícil que la agricultura se pueda desarrollar con Tía María.
Por su parte, la docente, agricultora y opositora al proyecto, Abigail Torres de Almonte, sostiene que “los ciudadanos del valle de tambo” están en pie de lucha, y que no aceptarán que se es imponga el proyecto.
Jorge del Carpio, dirigente de la Federación Departamental de Trabajadores de Arequipa, es más tajante al decir que “hay un solo enemigo y ese es Southern, que quiere imponer a sangre y fuego el proyecto”. Advierte que el pueblo de Tambo es un “león dormido, que va a despertar y reaccionar… es mi chacra o Tía María, van a ser ellos o nosotros”.
Otro de los personajes que esboza una “hecatombe” si sigue Tía María, es el especialista en inversión privada, planificación y diseño de infraestructura productiva, Elvis Jump Gómez. Afirma que su planta desalinizadora, que se ubicará por la zona de Sombrero Grande, en el distrito de Mejía, será el punto del inicio del fin de este balneario.
Sostiene en su tesis en el razonamiento de que de cada 100 litros de agua de mar que tomará la minera en su planta, solamente 40 sé transformarán en agua dulce, el restante retorna al mar con la salmuera (sal), la misma que alteraría el pH (potencial de Hidrógeno) del agua. Ello provocará la muerte de la vida marina.
Jump explica que Tía María procesaría 235 litros por segundo de agua salada, generando 353 litros de salmuera por día. “Va a impactar las playas de Mejía… Alguien en su sano juicio llevaría a su familia que consume electricidad y vota sales al mar, no lo hará. La planta va a ahuyentar todo el turismo. La primera víctima de Tía María no será el valle de Tambo, sino el pueblo de Mejía”.

El especialista, también afirma que las explosiones en las Lomas Cachendo, un área protegida de 8,418 hectáreas, también se afectarán por las explosiones y el polvo que se generará. Acota que el mismo también llegará a Mejía.
El rechazo al proyecto, también ha llegado desde algunos alcaldes. El burgomaestre provincial de Islay, Richard Ale, ha sido uno de los primeros en decir que Tía María no se debe ejecutar y que se debe respetar el derecho de protesta de los pobladores.
Quienes también han rechazado el proyecto y lo calificaron de contaminante son los alcaldes de Deán Valdivia, Fernando Camargo y de Punta de Bombón, José Ramos Carrera. Su postura la expusieron en diferentes reuniones con la población del valle. Incluso estuvieron en la asamblea popular del 24 de enero de 2025, donde se acordó el paro.
Es preciso indicar que ha dicha cita solo asistieron 189 pobladores, los que votaron por el paro indefinido del 17 de febrero de 2025.

La tesis de Tía María como “la salvación del valle”
Pero en el valle de Tambo, no todos están en contra de Tía María, existe un sector de la población que apoya la iniciativa y quieren que se ejecute por ser una fuente de empleo. A la fecha, existen más de 400 pobladores que trabajan en el campamento del proyecto.
Ellos todas las mañanas parten en buses desde la plaza de Cocachacra y por la tarde regresan a este punto, ya que ellos viven en esta localidad o en los distritos vecinos.
Para estos pobladores, el proyecto debe ejecutarse y descartan que vaya a afectar a la agricultura. Postura similar han dado a conocer los becarios del proyecto Tía María. El pasado 14 de febrero, en un comunicado, señalan que ellos, gracias a sus estudios universitarios, han podido estudiar a profundidad, el Estudio de Impacto Ambiental de Tía María.
Su conclusión es de que se ha logrado corroborar que existen medidas de prevención, mitigación y compensación ambiental. Por ello consideran que no hay razón para decir que contaminará y que todo lo que algunos dirigentes señalan, es parte de una campaña de desinformación.
Agregan que el desarrollo y la minería pueden coexistir de manera sostenible, por lo que reiteran que no quieren más paros ni violencia en el valle.
Postura similar tomaron un grupo de agricultores de Tambo, quienes dijeron que no apoyan ningún paro indefinido. Percy Puertolas, representante de agricultores en el Valle de Tambo, pidió a las autoridades garantizar el derecho al libre tránsito para continuar con sus labores agrícolas.
Quienes también se mostraron en contra del paro fue un grupo de comerciantes de las playas de Islay. Ronald Pereira, representante de los empresarios de zona de playas, señaló que son más de 2500 empresarios y microempresarios dedicados a los servicios en zonas de playa, los que serían directamente afectados.
Pereira dijo que también le preocupa lo que pueda pasar con el proyecto minero y sus consecuencias, pero que, en todo caso, la protesta se realice en otra fecha.
El valor de Tía María, según los estudios
Tía María, un proyecto valuado en US$ 1802 millones de acuerdo a la última actualización de Southern, busca producir anualmente 120 mil toneladas de cátodos de cobre mediante tecnología de última generación. Se espera que inicie operaciones en 2027.
Asimismo, el proyecto, hasta diciembre de 2024, generó 614 puestos de trabajo, de los cuales 492 han sido ocupados por residentes locales.
También se indica que durante la fase de construcción, se requerirán aproximadamente 3500 trabajadores, priorizando la contratación de mano de obra de la provincia de Islay. Una vez en operación, Tía María generará 764 empleos directos y 4800 indirectos.
En cuanto a las tesis de que la planta desalinizadora será el fin de Mejía, fuentes cercanas a la minera lo negaron. Dijeron que es cierto que la salmuera se devolverá, pero será a 800 metros mar adentro y a una profundidad de 30 metros a través de 20 difusores que servirán para homogeneizar el nivel de salinidad del agua.
