El Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú reafirmó que no se cederá ni una fracción del territorio nacional, en respuesta a las recientes declaraciones del presidente colombiano, Gustavo Petro, quien acusó al país de ocupar ilegalmente una zona fronteriza. Las afirmaciones del mandatario colombiano surgieron luego de la promulgación de una ley peruana que crea el distrito de Santa Rosa, en la región Loreto.
El canciller Elmer Schialer aseguró que la posición del gobierno colombiano se basa en una interpretación errónea y desinformada de la situación geográfica. Explicó que la isla Santa Rosa no es un territorio nuevo, sino una parte de la isla Chinería, asignada a Perú de manera mutua entre comisiones binacionales, y que los cambios en el cauce del río Amazonas —por su naturaleza meándrica— no alteran los límites definidos internacionalmente.
Además, Schialer indicó que se están tomando medidas para apoyar a las poblaciones afectadas por los cambios en el comportamiento del río, tanto en territorio peruano como colombiano, y no descartó que la presidenta Dina Boluarte viaje a la zona una vez retorne de su visita a Japón.
Cancillería afirma que el territorio en disputa ha sido peruano por más de un siglo
Por su parte, la Cancillería peruana emitió un comunicado oficial rechazando categóricamente las acusaciones del presidente Petro. En el documento se enfatizó que el Perú ejerce soberanía de forma legal, pública y continua sobre esa parte del territorio desde hace más de 100 años, respaldado por el Tratado de Límites y Libre Navegación Fluvial entre ambos países, así como por los trabajos realizados por la Comisión Mixta Demarcadora de Límites.
El Ministerio de Relaciones Exteriores también reiteró que la nueva circunscripción territorial creada por ley no representa una expansión arbitraria, sino una organización administrativa dentro de los límites reconocidos internacionalmente.
Así, el gobierno peruano cierra filas frente a cualquier intento de cuestionar su soberanía, mientras reitera su disposición al diálogo para atender las necesidades comunes de las comunidades amazónicas en la frontera.