El Vaticano informó este viernes 28 de febrero que el Papa Francisco presentó una «crisis aislada de broncoespasmo», lo que provocó un repentino empeoramiento en su cuadro respiratorio. El Pontífice, de 87 años, fue sometido a un procedimiento de broncoaspiración y se encuentra bajo ventilación mecánica no invasiva, respondiendo favorablemente al tratamiento.
Según el comunicado oficial, la crisis ocurrió durante la tarde, luego de que el Papa Francisco alternara su rutina entre fisioterapia respiratoria y oración en la capilla. En medio de este episodio, sufrió vómito con inhalación, lo que agravó su condición respiratoria.
Los médicos actuaron de inmediato para estabilizarlo y han indicado que será necesario esperar entre 24 y 48 horas para evaluar su evolución.
El Santo Padre ha permanecido consciente y colaborativo durante las maniobras terapéuticas, lo que ha sido un factor positivo en su recuperación. Actualmente, utiliza una mascarilla que le permite un mejor intercambio de oxígeno, aunque su pronóstico sigue siendo reservado.
El Vaticano no ha dado detalles sobre la duración exacta del episodio ni sobre posibles repercusiones en su estado de salud a largo plazo.
Los especialistas explican que un broncoespasmo ocurre cuando los músculos de los bronquios se contraen anormalmente, dificultando el paso del aire a los pulmones. En el caso del Papa, este episodio se vio agravado por la aspiración accidental de contenido gástrico en las vías respiratorias.
Papa Francisco superó la crisis, pero médicos siguen en alerta
Aunque la crisis ha sido superada, los médicos continúan en alerta y monitorean de cerca su evolución.
En las próximas horas se espera un nuevo informe sobre su estado de salud. Mientras tanto, los fieles y la comunidad católica permanecen atentos a su recuperación, elevando oraciones por la pronta mejoría del Pontífice.