La primera dama de Estados Unidos, Melania Trump, es una inmigrante natural de Eslovenia que logró convertirse en ciudadana estadounidense en 2006, tras un proceso legal que ha generado tanto reconocimiento como controversia.
Nacida como Melanija Knavs en 1970, en la ciudad de Novo Mesto, Melania llegó a Estados Unidos en la década de 1990 para desarrollar su carrera como modelo. Ingresó inicialmente con una visa tipo H-1B, utilizada comúnmente por profesionales extranjeros, incluida la industria del modelaje.
En 2001, cinco años después de su llegada, Melania obtuvo la residencia permanente legal gracias a una Green Card EB-1, una categoría reservada para individuos con logros excepcionales en sus respectivos campos. Esta visa, a menudo apodada la “visa Einstein”, se otorga a científicos, artistas, académicos y figuras de renombre internacional.
Según su abogado de inmigración, Michael Wildes, Melania calificó bajo esta categoría debido a su destacada trayectoria profesional, que incluye apariciones en revistas de prestigio como Vogue, Harper’s Bazaar y Sports Illustrated. “Ella cumplía con todos los criterios establecidos para esta categoría preferencial”, afirmó Wildes en declaraciones pasadas a Associated Press.
Un año después de casarse con Donald Trump, en 2005, Melania juró lealtad a los Estados Unidos y recibió la ciudadanía estadounidense en 2006, sin perder su nacionalidad eslovena.
Melania Trump: Un proceso bajo la lupa
Aunque su proceso fue legal y validado por el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), Melania Trump ha sido objeto de cuestionamientos. Críticos han señalado que la visa EB-1 suele estar dirigida a académicos o investigadores, y que no es común que se otorgue a modelos, lo que generó dudas sobre el rigor del proceso.
A pesar de las críticas, no se han encontrado irregularidades en su historial migratorio. La propia Melania ha defendido públicamente su camino hacia la ciudadanía, asegurando que cumplió todos los pasos exigidos por la ley. “Seguí cada etapa con dedicación y esfuerzo. Estoy agradecida por la oportunidad de ser ciudadana estadounidense”, expresó en una entrevista a CNN.
Actualmente, Melania continúa vinculada a proyectos filantrópicos y actividades empresariales, representando un caso notable de inmigración legal en el país, en medio de un clima político marcado por el debate sobre las políticas migratorias impulsadas por su esposo, el expresidente Donald Trump.