Carlos Marroquín Chambi y Elvis Bernal Salinas, presuntos miembros de la peligrosa banda criminal “Los Pulpos Sanguinarios de Paucarpata”, en Arequipa, fueron recluidos en el penal de Socabaya, tras dictarse 9 meses de prisión preventiva. Estos sujetos -minutos antes de su captura- robaron desde un auto en movimiento 5 celulares, en menos de una hora.
Ambos individuos, que tienen antecedentes policiales y judiciales, son investigados por los presuntos delitos de robo agravado, falsedad genérica y receptación. Los dos ya estuvieron recluidos anteriormente en el penal de Socabaya.
La jueza Lidia García Paco aceptó el requerimiento de la Fiscalía, que acusa a Marroquín y Bernal, de la banda Los Pulpos, de haber cometido múltiples robos de celulares, arrastrando a sus víctimas desde un vehículo con placas falsas.
Ambos fueron detenidos la noche del último martes, por agentes de Inteligencia de la Divincri, cerca del puente Santa Rita de Casia, que conecta los distritos de Miraflores y Mariano Melgar.
Durante la audiencia, la Fiscalía presentó como evidencia los 13 celulares de media y alta gama que fueron incautados en el auto Volkswagen gris con placas V8K-459 y V5A-138, esta última matrícula perteneciente a una camioneta Kia Sportage.
De los dispositivos confiscados, cinco fueron reconocidos por sus propietarios, quienes identificaron a los detenidos como los autores de los robos ocurridos esa misma noche en los distritos de Cerro Colorado, Cayma y Alto Selva Alegre.
Los Pulpos: cinco víctimas reconocieron sus celulares
Según las investigaciones de la Policía Nacional estos sujetos comenzaron sus robos cerca de las 18:30 horas del martes 27 de agosto.
Atacaron a un joven de 18 años que caminaba por la avenida 55 de Cerro Colorado. La siguiente víctima fue una joven mujer, que se encontraba por el sector de Nazareno (Cerro Colorado), la fue víctima del arrebato de su teléfono.
En Cayma, a Alicia también le sustrajeron su celular. Y finalmente, a Bryan le robaron su teléfono cuando caminaba por el pueblo joven Independencia (ASA). Todas las víctimas reconocieron sus teléfonos celulares.