La Policía Nacional desarticuló la banda criminal denominada «Los Padres del Mal», implicada en la explotación laboral de cuatro menores de 7, 8, 10 y 11 años. Los niños eran obligados por sus propios padres a vender chocotejas en las céntricas calles de Arequipa.
Se estableció incluso que amenazaban a los niños, bajo condiciones de abuso, con el objetivo de que puedan recaudar S/120 diarios. Varias veces no les daban de comer, ya que no podían juntar el dinero.
Durante un operativo realizado en el sector de Valle Blanco en el distrito de Cerro Colorado, las autoridades detuvieron a Alexander Uraccahua Mamani (28) y Karen Huamaní Quispe y Solange Begazo Yana (29). Dos menores son hijos del varón y los otros son hijos de la mujer detenida.
Los niños fueron rescatados, mientras que la policía también intervino la casa de esta familia ubicada en el asentamiento humano Villa Unión, en el distrito de Alto Selva Alegre,
Esta pareja es acusada por el presunto delito contra la dignidad humana en la modalidad de explotación humana.
En la intervención, se incautó un vehículo Chevrolet y dos teléfonos celulares, los cuales podrían contener evidencia clave sobre la red de explotación infantil. La policía hizo un seguimiento de casi un año, recabando información, hasta obtener una orden judicial para el rescate de los niños y la detención de los padres.
Modus operandi de Los Padres del Mal
Tras las labores de observación y seguimiento, la policía logró establecer que los menores eran transportados en una combi hasta distintas calles del centro de la ciudad, donde eran dejados en grupos de dos para realizar la venta de chocotejas durante largas jornadas.
Al finalizar el día, los padres los recogían para exigirles el dinero recaudado, sin preocuparse por su seguridad o bienestar físico y emocional, tampoco se preocupaban si habían comido durante su “jornada laboral”.
Alexander Uraccahua fue identificado como el padre de dos de los menores, mientras que Karen Huamaní es madre de los otros dos. Además, la pareja tiene un hijo en común de un año de edad. Todos los niños fueron puestos a disposición de la Fiscalía de la Familia, siendo trasladados a un albergue.
La pareja no tiene un trabajo conocido. El varón a veces trabajaba como payaso, en fiestas infantiles.