Feminicidio. La madrugada del sábado 30 de agosto, un crimen espeluznante conmocionó al distrito de Gregorio Albarracín, en Tacna. Fresia Quispe T., de 35 años, madre de dos menores de 3 y 10 años, fue asesinada de manera atroz por su hermanastro Cristian Alonso López Taquila, de 24 años, estudiante de topografía.
Bajo los efectos del alcohol y las drogas, el joven atacó a la víctima con un cuchillo, un alicate, un palo de 80 centímetros y hasta un taladro, provocando 48 cortes y puñaladas en distintas partes del cuerpo, además de vaciarle un ojo. “Le saque el demonio”, dijo el desadaptado individuo, en sus primeras declaraciones ante la Policía Nacional.
Serenos que patrullaban la zona escucharon los gritos de auxilio y, al forzar la puerta de la vivienda ubicada en la asociación 28 de Agosto, hallaron una escena de horror: el cuerpo desnudo de la víctima con múltiples heridas y rastros de violencia extrema. El agresor, que continuaba golpeándola, fue reducido tras varios minutos de forcejeo.
Según el informe de la médico legista, la causa de muerte fue una “sección vertebro medular completa a nivel C4-C5 por traumatismo cervical abierto con arma blanca”.
En la escena del crimen, los agentes policiales incautaron los objetos usados en el homicidio: un cuchillo ensangrentado, el palo de madera y el taladro portátil con rastros de sangre. Asimismo, hallaron un ojo humano en el suelo junto a un alicate, lo que evidenció la brutalidad del ataque.

Feminicidio: víctima deja dos hijos en la orfandad, quienes vieron todo
El feminicidio se produjo mientras los dos hijos de la víctima permanecían en otra habitación, presenciando indirectamente la tragedia. La Policía confirmó que horas antes, víctima y victimario habían participado juntos en las actividades por el aniversario de la asociación donde residían.
Tras ser detenido, Cristian López presentó lesiones visibles en el rostro y manchas de sangre en las manos, por lo que fue trasladado al hospital Hipólito Unanue, donde se le diagnosticó “traumatismo encéfalo craneano (TEC) y contusión en la cara”.
El cuerpo de Fresia Quispe fue velado en el local comunal de la asociación 28 de Agosto y fue sepultada en el cementerio municipal de Pocollay, en medio de gritos de justicia. Su muerte deja en la orfandad a dos pequeños.