César Arirua Tapullima, docente bilingüe con casi dos décadas de servicio en comunidades indígenas de la Amazonía, fue separado de su cargo en la institución educativa N.° 601761, ubicada en la remota comunidad de Lagartococha, en la región Loreto. La decisión fue tomada por la UGEL Loreto Nauta, que argumentó que el contrato fue anulado debido a la supuesta presentación de documentación irregular.
El maestro, sin embargo, sostiene que su salida fue consecuencia de un video difundido el pasado 23 de junio, donde mostró —con autorización de los padres— la cruda realidad que enfrentan sus 32 alumnos: sin mochilas, sin suficientes cuadernos, sin acceso a salud ni conectividad. En su testimonio, aseguró que tuvo que improvisar cuadernos con papel bond y hasta impulsó una piscigranja escolar ante la falta de alimentos para los menores.
La decisión de hacer pública la situación surgió tras meses de gestiones sin respuesta por parte de las autoridades locales. Luego de subir el video, el cual eliminó posteriormente por temor a represalias, recibió la notificación de la anulación de su contrato. Según explicó, su título fue emitido en 1992 por la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana, por lo que no figura en registros digitales actuales. Actualmente está estudiando pedagogía en una universidad mexicana para actualizar su situación académica.
Docente con 18 años de experiencia denuncia que fue retirado por pedir apoyo para sus alumnos y recibió amenazas tras publicar un video
Además del despido, Arirua reportó haber recibido amenazas de muerte tras publicar el video. Por temor a represalias contra su familia, ha decidido no continuar con el reclamo. Pese a todo, se mantiene firme en su vocación: “Solo quiero un espacio digno para mis exalumnos”, expresó.
El centro educativo en el que laboraba carece de servicios básicos como agua, electricidad y desagüe. Se encuentra en una zona de difícil acceso, a siete días por vía fluvial desde Iquitos. Las clases se imparten al aire libre, bajo el sol y la lluvia.
El maestro, quien alguna vez trabajó con niños de la etnia Urarina, recuerda con orgullo que muchos de sus antiguos alumnos hoy son profesionales. Aun así, lamenta que los niños de la selva sigan sin los mismos derechos que los estudiantes de la ciudad.
La UGEL Loreto Nauta, por su parte, sostiene que el proceso se llevó a cabo conforme a lo establecido, y que el caso ya ha sido cerrado. Aseguran que la desvinculación se dio en junio y que no corresponde pago alguno por julio. También se espera el informe final de la comisión de control posterior para evaluar acciones legales.

Mientras tanto, César Arirua se ha quedado sin trabajo y ahora sostiene a su familia con un pequeño emprendimiento desde casa. Uno de sus hijos tuvo que dejar la universidad por falta de recursos.