El consumo per cápita de agua poblacional en Arequipa crecerá en 34.2 % para 2030, según las proyecciones publicadas en el diagnóstico de la cuenca Quilca-Chili, elaborado por el Departamento de Ingenierías de la Industria y el Ambiente de la Universidad Católica San Pablo (UCSP).
Lo más preocupante de este aumento es que no tenemos nuevas fuentes de agua para la cuenca Quilca-Chili, la principal abastecedora de agua de la ciudad de Arequipa, según explicó Benigno Sanz, docente de la carrera de Ingeniería Ambiental de la San Pablo, uno de los autores del diagnóstico.
Además, estos cálculos podrían variar y la cifra subir si se ejecutan grandes proyectos como Majes II y Tía María, que podrían demandar más agua para sus operaciones; de igual modo, si se concretan grandes proyectos habitacionales o nuevas actividades económicas.
“Estamos hablando de aquí a 6 años nada más. Y el panorama no es positivo para Arequipa porque estamos ubicados en una zona seca. De otro lado, las partes bajas del Misti y Pichu Pichu, zonas donde naturalmente hay una buena recarga de agua subterránea, están siendo urbanizadas, lo que nos quita estas fuentes”, comentó el docente.
Además, el consumo de agua por parte de la población y el sector agrícola es muy inadecuado, pues se cree que si llueve el abastecimiento está resuelto, cuando no es así, ya que el clima está cambiando cada vez más y nuestro sistema de represas es antiguo.
Otra dificultad que se presentaría es en el sistema no regulado, en el que viven alrededor de 239 000 pobladores, quienes podrían ejercer presión sobre el recurso, demandando infraestructura para su seguridad hídrica.
La cuenca Quilca- Chili comprende aproximadamente 13 817 km² y abarca casi toda la superficie de la provincia de Arequipa, extendiéndose también hasta las provincias de Camaná, Lampa (Puno) y Espinar (Cusco).
Evaporación del agua es alta
Un dato preocupante de este diagnóstico es que el nivel de evaporación es alto. Llega a los 251.2 mm, cifra mayor a la precipitación anual que es de 186.4 mm, en promedio.
Esta brecha podría ampliarse para el año 2065 y podría tener impacto en la agricultura, debido a que reduce la humedad del suelo y limita el crecimiento de las plantas.
Otro problema detectado es que la recarga de agua subterránea es pequeña y lenta en zonas donde se concentra la mayor actividad productiva y agrícola de la región. Actualmente, esta fuente es utilizada por algunas industrias y población.
Por ello, se deberían priorizar acciones de siembra y cosecha de agua para fortalecer el acuífero en el entorno urbano, en distritos como Polobaya, Pocsi, Characato, Chiguata, San Juan de Tarucani, Sabandía, Paucarpata, Mariano Melgar, Miraflores y Cayma, por tener una mayor capacidad de recarga de agua subterránea.
En tanto que los distritos que necesitan una mayor atención para la gestión del recurso hídrico son: Yura, Uchumayo, Tiabaya, Yarabamba, Arequipa, Yanahuara, por presentar recargas muy bajas.

Cuenca Camaná – Majes – Colca
Otro detalle revelador es que el 60 % del agua que llega a la cuenca Quilca-Chilca proviene de la cuenca de Camaná-Majes-Colca, debido a que la irrigación Majes recibe el insumo de la represa de Condoroma. El problema es que si, en el futuro, localidades como Camaná empiezan a tener problemas con el recurso hídrico, podrían presentarse conflictos sociales.
También se determinó que el 67.7 % del uso del agua tiene un fin energético y el 28.5 % agrícola, mientras que el 11 % se emplea en la minería y el 2.4 % es para el consumo poblacional.
Este diagnóstico aclara que, si bien hay un fuerte consumo energético del agua, esta no se desperdicia porque se devuelve a su fuente de origen. No obstante, se sugiere una correcta gestión para la sostenibilidad de los recursos hídricos.
Este diagnóstico fue presentado en el I Seminario Internacional del Agua: gestión y sostenibilidad de las cuencas hidrográficas de Arequipa, evento que reunió a especialistas nacionales y extranjeros en gestión hídrica y el manejo de fondos de agua multidisciplinarios e interinstitucionales.