Por Wilfredo Mendoza Rosado
CREO QUE… Todo auguraba un día tranquilo.
“-Me olvidé de contarte; tu amiga Mildred, ha fallecido”
Concedí que la muerte era como la salvación o una tortura, un privilegio individual. Ahora sé que ni siquiera ese lugar común nos pertenece. Esa delgadísima línea, entre la vida y la muerte, son como esos cristales rotos que acaban por desperdigarse para siempre.
Con M. tuvimos una relación especial, que se consolidó, cuando trabajamos juntos para Correo de Tacna, ella como corresponsal en Ilo. Un desafortunado incidente personal acabó en un juicio contra mi persona. Todo pasó sin mayor novedad, y nuestra amistad, siguió adelante, ella con su eterna sonrisa, y yo serio, para variar.
Hoy, forma parte de ese pasado que alguna vez fue presente, y la muerte, por estos lluviosos días, se ha instalado muy cerca, demasiado y aunque he logrado espantarla, más de una vez he pensado, sobre la fragilidad de la vida, que a veces de un zarpazo, acaba por convertirnos en apenas un tenue recuerdo de lo que alguna vez fuimos y nunca más seremos.
-¿ Qué hace usted para prepararse para las pruebas de la vida?
Le preguntaron, alguna vez a Vladimir Nabokov , el inolvidable autor de Lolita, y su respuesta fue, “me afeito todas las mañanas antes del baño, de modo para estar listo para volar poco antes de que me avisen…» y conste que el escritor, lo único que quería era ser feliz escribiendo, que es una forma sutil de esquivar a la parca, en realidad, siempre lo hacemos de una forma u otra, con mas fracasos que éxitos.
En el mismo contexto, más de una vez, he leído que el escritor Mario Vargas Llosa, está revisitando, los escenarios de algunas de sus emblemáticos libros, Conversación en la catedral , La ciudad y los perros, Historia de Mayta, acompañado de su hijo Alvaro. No faltó, un mordaz comentario, “ que se va a morir”.
Creo que siempre es bueno visitar de tanto en tanto, los buenos recuerdos, para sobrellevar las pérdidas materiales y espirituales, y supongo que MVLL vuelve a los lugares donde fue feliz. Es la mejor forma de vivir, antes que los cristales se rompan.
Algo de eso hago, mientras escribo estas líneas, porque estoy revisitando, los lugares donde nuestra amistad se fue armando, porque eso es la vida, ir armando y desarmando, como M que acaba de partir, y al final uno siempre acaba por vivir con la sombra de mis duelos.

CREO QUE… No quiero que me recuerden con lágrimas
No he muerto, y no quiero que me recuerden con lágrimas como aquel que no tiene esperanza. No he muerto, aunque no esté, siempre mi presencia se hará sentir en una canción, un olor, un sabor, en lo que más me gustaba.
Seré el silencio de los lugares que compartimos, seré la brisa que besará sus rostros. Seré un dulce recuerdo que asista a su memoria, seré una página bonita de su historia. No estoy muerto, sólo me fui antes. Su consuelo será que algún día nos volveremos a encontrar.
Al final, solo se trata de comenzar a armar los recuerdos, donde algún día fuimos felices, para sobrellevar, los tristes e infelices momentos, y seguir en esto que llamamos vida. No existe otro camino, como que tampoco existe. La felicidad son apenas instantes, breves,tal vez demasiado breves.
Han pasado los años, las palabras, los libros e incluso las risas, pero ese instante en la vida ahogado ahora en la historia de una pena, sigue siendo su rostro lo que le falta al resplandor de su alegría y la mía. Antes que tus cristales o los míos se rompan.
Hasta la próxima.