Por Wilfredo Mendoza Rosado
CREO QUE… Recuerdos… Hace algunos días, con mi hija Ale, tuvimos que acudir al distrito de Miraflores (Arequipa). Buen tiempo no iba por la zona. La casualidad nos llevó a mi primera casa, en calle Ancón, donde debuté como papá. Donde inicié, el largo camino entre ser papá, periodista, docente; en fin, las obligaciones que uno asume.
Mi hija, ni le llamó la atención. Miré y remiré, lo que quedaba de mi antigua casa. Nada. Todo estaba en mi memoria. Hoy, es un depósito. ¿Para qué nos sirven los recuerdos? En ese momento, no tuve la respuesta, porque mientras caminaba, pasaba revista a lo alguna vez fue mi vida. Un pequeño desbarajuste emocional. Hasta hoy, me inquieta.
He leído varios textos, pensando que ahí estaba la repuesta a mi duda existencial. Fue inútil. Hoy, que retrocedo, unos 25 años de mi vida, caigo en la cuenta de lo feliz que fui y lo disfrutaba, porque ver crecer a mi Sebas, era la felicidad completa.
Creo, haber escrito que nunca quise ser papá. Pero, mi hijo, me llevó por otro camino. Completamente distinto.
Y, en esa casa, de 2 cuartos, un comedor, un baño, una cocina y un pequeño patio, fue el inicio de esta hermosa aventura. Supongo, que esos ambientes que tanto cuidamos, hoy no existen, porque todo cambia, para bien o para mal.
Me acuerdo, que en pasadizo coloqué, un mueble, donde estaban mis adorados libros. Era el mejor lugar. No tengo la menor duda. Lo llamaba pretenciosamente, mi estudio…
Nuestra felicidad depende en gran parte de la relación que tenemos con nuestro pasado, de los recuerdos que guardamos de aquello que sucedió y de la capacidad para construir un relato positivo de nuestra propia vida.
Me acuerdo, que la principal prioridad, era al margen de las obligaciones familiares, incrementar mi biblioteca. Un día, estaba en la Plaza de Armas, y veía en un quiosco de periódicos , mi próximo libro, zas, compré unos cassettes de cuentos y música infantil.
Mi Sebas, tuvo la culpa. Reí como un loco y caí en la cuenta que tus hijos son lo primero y lo último. Ahí sigo con Vale y Ale, lidiando, pero vamos.
Creo que…Los recuerdos no son simples imágenes del pasado
La escritora Piedad Bonnett, señala que “los recuerdos no son simples imágenes del pasado, sino piezas cruciales que definen quiénes somos y cómo nos relacionamos con el mundo”.
Y, esa primera casa y lo que viví, me sigue guiando, en este complicado camino, de ser feliz. En realidad, son en su mayoría buenos recuerdos. Los malos los he ido borrando cada día, sino me sería imposible vivir. Además a quienes quiero, siempre trato de dejar un buen recuerdo.
Los recuerdos nostálgicos nos permiten viajar atrás en el tiempo, mirar hacia el futuro y afectar el cómo nos sentimos en el presente, y también nos llevan a conectar con nosotros mismos a lo largo de la vida. Y, debo admitir que aprendí a ser feliz y comprender que ser papá, lo seré hasta el final. No hay camino para retroceder.
Ahora comprendo, que a veces, es mejor no volver sobre ciertos pasos. Más de una vez, quería ir a mi primera casa. Craso error, porque hoy me quedo con un triste vestigio, de lo que alguna vez fue y nunca más será.
Espero no cometer el mismo error, es como los amores que uno quiere resucitar, mejor es dejar correr esa agua, sabiendo que nunca uno vuelve a beber la misma. Me quedo con mi antigua primera casa, con mi bebé Sebas, con esos felices recuerdos que hoy me sostienen y vaya que lo hacen. Hasta la próxima.