Por Wilfredo Mendoza Rosado
CREO QUE…Los libros nunca fallan. Hace algunos días, con exactitud se celebró el Día del Libro el último miércoles 23. En recuerdo a la fecha de nacimiento y fallecimiento de varias figuras de la literatura como William Shakespeare, y Miguel de Cervantes.
Hurgo en mi frágil memoria, tratando de recordar, donde y como nació mi amor por la lectura. Solo recuerdo, que en mi colegio había una hora diaria de lectura. La verdad, creo que acaba semidormido, menos mal que esas tediosas horas, nunca mellaron mi entusiasmo por los libros.
Andando en el tiempo, la lectura, me ayudó a superar mi perenne timidez, y sobre todo me dio la confianza, para creer en uno mismo, y en especial, vivir como “vago ilustrado”, que es lo que siempre he hecho toda mi vida. Nunca he trabajado. Siempre me pagaron por escribir, por leer y hablar. Eso es un verdadero privilegio. «Un libro debe ser el hacha que rompa el mar helado que hay dentro de nosotros», Franz Kafka.
No voy a reiterar, sobre la importancia de leer. Solo puedo afirmar, que si leemos un poco más de lo que casi no hacemos, seríamos mejores seres humanos. El notable crítico, Harold Bloom, señala que la lectura, es un principio para interactuar con “la alteridad” propia o ajena, y es el más saludable placer “desde el punto de vista espiritual”.
“Leemos no solo porque nos es imposible conocer a toda la gente que quisiéramos, sino porque la amistad es vulnerable y puede menguar o desaparecer, vencida por el espacio, el tiempo, la falta de comprensión y todas las aflicciones de la vida familiar y pasional”,
Siempre digo a mis cercanos, que si me dedicara solo a leer y escribir, sería más feliz de lo que soy. Una persona muy especial, me dedicó uno de los mejores elogios, “ creo que tienes libros hasta en el techo”, cuando le mostré mi modesto estudio.
Muchos de mis ex alumnos, siempre me joroban, porque los obligué a leer. Todos agradecen, menos mal. En realidad, leemos para fortalecer nuestra personalidad y averiguar cuáles son nuestros auténticos intereses. Es decir, para encontrarnos, para admitirnos, para ser uno mismo.
En medio de la soledad que vivimos, nos falta ese reencuentro personal, para entender el ¿porqué y para qué de la vida?. Los libros, en realidad, no tienen todas las respuestas, pero nos señalan los caminos…a tomar u obviar. «En algún lugar de un libro hay una frase esperándonos para darle un sentido a la existencia», Miguel de Cervantes.
Francis Bacon dijo que : “No leáis para contradecir o impugnar, ni para creer o dar por sentado, ni para hallar tema de conversación o disertación, sino para sopesar y reflexionar”. En medio de los encuentros y desencuentros por la vida , nos falta un poco de reflexión, sobre si seguir por el mismo camino, desandar lo andado, o buscar otro camino.
CREO QUE… los libros que fui acumulando
Mientras, escribo estas frágiles líneas, como el voyeur, veo con deleite, los libros que fui acumulando en estos duros pero felices años, y aunque no son escenas eróticas, nunca he sido más feliz que estar rodeado de ellos.
Veo con especial atención, dos ejemplares regalados por una persona muy especial (espero que sean muchos más jajajaja) y vuela la mente veloz. «La lectura es el único medio a través del cual nos deslizamos, involuntariamente, a menudo sin poder hacer nada, a la piel de otro, a la voz de otro, al alma de otro», Joyce Carol Oates.
«La vida cambia rápido. La vida cambia en un instante. Te sientas a cenar y la vida como la conoces termina», Joan Didion. Y aunque la vida termina, todo vuelve a comenzar, cada día, cada minuto, es solo tratar de entender las líneas imperfectas de la vida que elegimos vivir o morir. No hay otra opción. Hasta la próxima.