Por: Wilfredo Mendoza Rosado
Creo que.. Las trampas de la nostalgia… La amistad debe ser como el amor: eterno. Pero la eternidad, bien sabemos que son solo instantes y nada más. Las fugaces ráfagas, las hacemos eternas, como el amor, como la amistad, como la vida misma.
Algo de aquello debe haber sucedido, hace algún tiempo. Apenas unos instantes, para retroceder unos numerosos almanaques, que parecen toda una vida. Unos breves resplandores, cuando, nos reencontramos, con los amigos de la universidad y mi cole Con los seres, que uno ha crecido. Con quienes uno, ha compartido, no solo presentes, hoy bellos recuerdos.
Bien dicen que nuestro pasado nunca está donde lo dejamos. Solo quedan cicatrices.
Todo y nada. El mismo Miguel Bosé, dice que “hay cosas que jamás se pueden contar porque no te las cuentas a ti mismo”. Nos hemos visto, y nos hemos refundido en cálidos abrazos, como cuando éramos jóvenes.
Como cuando el mundo era nuestro. Hoy lo sigue siendo, porque aunque hemos cambiado, seguimos siendo los mismos, de las aulas escolares y bares universitarios. El tiempo es veloz, pero los recuerdos, nos siguen sosteniendo.
Esa es la vida. Esa es la esencia de la amistad, a veces del amor. Luis Alberto, uno de los promotores, de este reencuentro con los compañeros de la universidad, dijo “esto es como el buen vino. Mientras más añejo, mejor”.
Existe mucho de verdad, porque cuando uno vuelve a su pasado, luego de muchas lunas, es un sólido encuentro entre el ayer y el hoy. Un “puente” de apenas 4 décadas.

El tiempo pasa rápido, como la vida. Lo fundamental es tratar de guardar la esencia de lo vivido. Además, la amistad es una forma distinta del amor. A veces más duradero.
Nos vemos, más viejos, mas encanecidos. Más frágiles, frente a los embates, los achaques, los dolores de la vida. Le dicen. En fin, vemos el discurrir de tanta vida juntos.
En realidad, la amistad, es una forma de complicidad. Un lazo que nunca debiera acabar, sino hasta el fin de nuestras parcas existencias. Es tratar de beber el agua del mismo río, aunque sabiendo que nunca será la misma.
Los recuerdos de años juveniles, vuelven a ser reproducidos, como esas viejas películas en blanco y negro. Y, la vemos una y otra vez, hasta de memoria, sabemos escena tras escena.
Creo que.. la nostalgia, es como la vieja fotografía
Pero, algo de grato existe en el pasado, cuando fue feliz, como con los compañeros del colegio Coronel Gregorio Albarracin de Toquepala y de Periodismo de la Cato. La nostalgia, es como la vieja fotografía, que miramos una y otra vez.
Y el reencuentro, fue uno de esos días, que uno siempre busca atesorar, para los días difíciles.
Bueno, bueno, sigo atrapado en la nostalgia, en los buenos recuerdos. En las eternas amistades, y aunque muchos faltaron, estas son las ocasiones, para vivir y revivir, hasta la eternidad. El amor es distinto pocas veces dura lo q debe durar.
No puedes cambiar tu pasado, nunca lo haría, lo volvería a repetir una y otra vez hasta cambiar mi destino. Hasta que la memoria falle. Hasta la próxima.