Por Wilfredo Mendoza Rosado
CREO QUE… En mis andares y desandares, he visto de todo un poco. Lo bueno y lo malo, de la vida. Lo excelso y lo horrendo, por decir, lo menos. Lo que no acabo por entender, ¿porqué los seres humanos, todo lo queremos arreglar a golpes o disparos a quemarropa?
Para citar: estaba en mi paradero. Abordo el bus. Y casi, casi un motociclista arrolla un descuidado peatón, por culpa, de otro mas descuidado conductor. De inmediato, el joven motociclista, bajó de su moto, y con mentadas de madre y demás adjetivos de mierda para arriba, quiso arreglar, la imprudencia.
Menos mal, que todo no pasó de una bravuconada. Presentí lo peor. Casi nada faltó para que sus diferencias, las solucionen a golpes y algo más. Este hecho, es algo cotidiano. Sucede a cada momento.
Cualquier diferencia, las arreglamos, mediante los insultos. Agresiones físicas. O algo más, para no hablar, de los sicarios, que cada vez más jóvenes, sacan un revólver, y disparan a matar, al “enemigo “ de turno.
No voy a perder mi tiempo, mencionando al Ejecutivo, cuando responden algo sobre la inseguridad que vivimos a diario, responden que “estamos trabajando en eso”. Lo he escuchado, más de una vez, al premier, de turno. La verdad es, que no hacen nada de nada. Son inútiles.
Me quiero referir, a nuestra falta de capacidad para dialogar. Para conversar. Para argumentar. Para justificar, nuestras acciones u omisiones. La verdad, uno de los efectos post-pandemia, es que nos hemos vuelto más bestias irracionales , de lo que éramos, antes del COVID-19. Lógico, con el perdón de las bestias.
Al menos, estas actúan por impulsos, porque no razonan. Sin embargo, ¿ y nosotros, que nos motiva el golpe por el golpe, para superar nuestras diferencias? No tengo la menor idea, de este evidente retroceso, sobre porque actuamos como animales irracionales.

CREO QUE.. Hemos perdido, nuestra capacidad de conversar
Hemos perdido, nuestra capacidad de conversar. Temo que el uso excesivo del celular, las redes sociales, y todo el portento tecnológico, que observamos, nos ha liquidado, la forma de pensar y dialogar, para superar cualquier diferencia.
Sigo creyendo, como periodista y docente universitario, que el diálogo y solo el diálogo, nos hará mejores personas. Lamentablemente, la educación, desde casa, colegio y universidades, si es el caso; no surten los efectos necesarios. El eslabón, se ha perdido. Tenemos que buscarlo antes que sea demasiado tarde. Ojalá, nunca sea tarde. Hasta la próxima.