Por: Sarko Medina Hinojosa
Cordillera de Palabras... El Congreso acaba de aprobar la restricción del uso de celulares en todas las instituciones educativas del país, una medida que, aunque bienintencionada, representa un enfoque anacrónico frente a los desafíos educativos del siglo XXI. Prohibir no es educar; es evadir la responsabilidad de enseñar el uso responsable de la tecnología.
La evidencia científica contradice la efectividad de las prohibiciones totales. El 2015 un estudio de la London School of Economics mostró que prohibir celulares aumentaba las puntuaciones de exámenes en un 6.4%, pero este beneficio se limitó principalmente a estudiantes de bajo rendimiento, mientras que los de alto desempeño no mostraron mejoras significativas.
Más importante aún, el mismo estudio reconoce que la prohibición puede privar a los estudiantes de herramientas educativas valiosas. Esa falsa sensación de mejora no era tal, porque los avances en el aprendizaje de cada menor son diferentes.
Pero, vamos, seguro y con justa razón dirán que la realidad peruana es distinta y los chicos no usan los celulares para búsquedas de conocimiento sino para jugar LOL y gastar dinero en diamantes, sin embargo se enfrentan a una decisión que parte de los padres, primeros educadores y responsables de sus menores hijos duela a quién le duela.
La National Association of Secondary School Principals (NASSP, 2023) documenta que el 78% de los padres quieren que sus hijos tengan acceso a dispositivos móviles para situaciones de emergencia, y que las prohibiciones totales pueden comprometer la seguridad estudiantil.
En un Perú donde la inseguridad ciudadana se ha disparado, privar a los estudiantes de un canal de comunicación de emergencia es irresponsable. Y dirán, que se compren un celular sapito, de esos solo para llamar.
El uso del GPS de los celulares es de uso común y si no lo es debería ser práctica común en los hogares, lo cual no viola ninguna ley de intimidad al ser los progenitores responsables de sus menores hijos y de su ubicación.
Enseñar ciudadanía digital es más efectivo que las restricciones generales, los estudiantes necesitan aprender a usar la tecnología, no evitarla por completo.
Prohibir celulares en los colegios: Francia lo prohibió en el 2018
Incluso países que inicialmente adoptaron prohibiciones totales están reconsiderando. Francia, que prohibió completamente los celulares en 2018, ahora ve que muchas escuelas adoptan enfoques más flexibles, reconociendo que la educación digital es esencial.
El Department for Education del Reino Unido (2023) sugiere que las prohibiciones totales pueden no ser apropiadas para todas las situaciones y que el enfoque debe estar en enseñar uso responsable.
Repito, la solución no es prohibir, sino educar. Los colegios deberían implementar programas de ciudadanía digital, enseñar autoregulación y establecer momentos específicos para el uso pedagógico de dispositivos si es que se ponen de acuerdo con que lleven los menores los aparatos.
Restringir su uso durante las clases magistrales es razonable, pero una prohibición total es contraproducente.
Esta ley refleja la mentalidad autoritaria de la cual es marca registrada del actual Congreso, que confunde control con educación. En lugar de preparar a nuestros estudiantes para un mundo digital, los estamos aislando de él.
Es hora de cambiar el chip: no necesitamos menos tecnología en las aulas, sino mejor educación sobre cómo usarla y lo mejor sería llevar la tecnología allá, donde se la necesita, pero de eso no legislan los padres prohibidores de la Patria