Anieska Delgado
La picantería arequipeña está de luto. La picantera más longeva de Arequipa, Zoila Villanueva, falleció este sábado 8 de junio, dejando un profundo vacío en la gastronomía tradicional de la ciudad. Tenía 90 años y partió dos días antes de celebrar su cumpleaños número 91.
Su partida marcó el fin de una era. Zoila, reconocida en 2021 por su trayectoria, era una de las últimas guardianas de la cocina de antaño: aquella que se prepara con batán, fogón, ollas y cucharones de barro, donde cada plato se hace con paciencia, historia y corazón.
Desde hace una semana, mamá Zoilita —como le decían con cariño— estaba internada en el hospital por problemas pulmonares, causados por los años de exposición al humo del fogón que tanto amaba. Su hija, Tatiana Villavicencio, quien hoy continúa su legado en la Picantería Nieves, en el distrito de Hunter, contó que su madre luchó hasta el final.
Zoila nació el 10 de junio de 1934 en Sachaca. Desde niña ayudaba a su madre, Evarista, en la picantería que tenía en la calle Grau. Llevaba leña y raíces para encender el fogón y observaba con atención la preparación de los potajes. Esa pasión la acompañó toda la vida.
Al quedar sola criando a sus 11 hijos, sin recursos pero con mucho coraje, abrió su propia picantería en Hunter: Nieves. Colocó mesas de sillar y sillas de madera en un espacio modesto.
Nieves: la picantería de Zoila que es un referente de la comida arequipeña
No imaginó que ese lugar se convertiría en un referente de la comida arequipeña y en un espacio de ayuda para quienes más lo necesitaban. Nunca negó un plato ni un vaso de chicha, incluso cuando no podían pagar.
El exalcalde Simón Balbuena la recordó con cariño. “La conocí en 1990, cuando se formaba el distrito de Hunter. Tenía una sonrisa amable y siempre algo para ofrecer”, contó. En aquellos años, la calle Nicaragua aún era de tierra, y hasta el expresidente Alberto Fujimori fue recibido con comida y chicha preparada por Zoila.
A lo largo de los años, Zoila recibió diversos reconocimientos. Uno de los más emotivos fue la visita de Gastón Acurio, quien la elogió como una defensora viva de la cocina regional.
El velorio se realizó este domingo 8 de junio en su querida Picantería Nieves, donde sus 11 hijos, familiares, vecinos y exautoridades acudieron a despedirla entre lágrimas y gratitud. Hoy lunes, sus restos fueron sepultados en el Cementerio de Sachaca, donde descansa en paz.
La familia agradece a todas las personas que se han unido al duelo. Aunque mamá Zoilita ya no esté físicamente, su espíritu vive en cada plato servido con amor y en cada fogón que siga encendido.
Arequipa no solo perdió a una gran cocinera, perdió a una mujer que convirtió la comida en un acto de amor. Su sazón, su historia y su ejemplo quedarán por siempre en la memoria de la Ciudad Blanca.