Por Wilfredo Mendoza Rosado
Creo que, El solitario placer de la lectura…Como le confesaba a una amiga, nunca soy más feliz, como cuando hace algunos días acudí, a la última edición de la Feria del Libro (FIL), donde para mi grata sorpresa, me topé con un numeroso grupo de jóvenes, en pos de adquirir un libro o más. Vaya dicha, propia y ajena.
Como me recuerda, cada vez que nos encontramos, un alumno, Ud nos dijo en clase; «Somos, así, los libros que hemos leído. O somos, de lo contrario, el vacío que la ausencia de libros ha abierto en nuestras vidas».
Lo dijo el notable escritor y periodista, Tomás Eloy Martínez. ( Recomiendo: El vuelo de la reina y Santa Evita) Eso somos o dejamos de ser.
De las manías que tengo, cuando voy a una feria del libro, son varias. Primero, como el ”asesino a sueldo”, doy una vuelta por todos los stands, es decir, “reconozco el territorio”. Descarto, los lejanos a mis lecturas.
Autoayuda, los libros más pequeños del mundo, no sigo, para no herir susceptibilidades. Me centro en literatura y periodismo.
Igual evito, algunos donde los precios son de todo, menos de feria. Siempre voy donde están las ofertas. En buen romance, una montaña de libros, donde literalmente hay que bucear en busca del “tesoro”. Nunca hay pierde.
Es una sana costumbre, y encontré más de un “tesoro escondido”, como la voluminosa biografía “Barack Obama , Una tierra prometida” o “Mientras llega la felicidad” otra biografía del escritor Juan Marsé, por apenas 19.90 soles cada uno. Una ganga de feria. Esa es la clave.
Había otros cientos de libros, por módicos precios (que es lo que busco al fin y al cabo en una feria del libro ) : bueno, bonito y barato. Solo se trata de disponer de tiempo y paciencia, que en estos casos me sobra.
El destacado crítico Harold Bloom, escribió una hermosa frase sobre el placer de leer. “Leemos no solo porque nos es imposible conocer a toda la gente que quisiéramos, sino porque la amistad es vulnerable y puede menguar o desaparecer, vencida por el espacio, el tiempo, la falta de comprensión y todas las aflicciones de la vida familiar y pasional”.

El placer de la lectura: los libros nunca decepcionan
Al fin y al cabo, los libros nunca decepcionan, como algunos amores para no hablar de amistades, estos nos ayudan a vivir otras vidas, “leer es protestar contra las insuficiencias de la vida».
«Quien busca en la ficción lo que no tiene, dice, sin necesidad de decirlo, ni siquiera saberlo, que la vida tal como es no nos basta para colmar nuestra sed de absoluto, fundamento de la condición humana, y que debería ser mejor” (Mario Vargas Llosa).
En consecuencia mi querido cibernauta, la próxima vez que vaya a una feria del libro, déjese llevar por mis consejos. No hay pierde.
Saldrá feliz y sobre todo se ahorrará unas cuantas lucas, como me dicen mis alumnos, y sobre todo, se llevará a casa, buenos libros y baratos. Lo mejor. Nos vemos.