Carlos Herrera
El abuso del poder se ha convertido en moneda corriente en Arequipa. Un caso que pone en evidencia ello es la investigación fiscal que se le sigue al actual comandante General de la Policía, Víctor Zanabria Angulo, quien en 2020 abuso de su cargo como jefe de la Macro Región Policial Arequipa, para hacer trabajar como albañiles a policías de patrullaje a pie.
Con una orden verbal, dispuso que todos sus subalternos cumplieran sus órdenes para cambiar las funciones policiales en plena pandemia de la Covid-19. Ello ha quedado en evidencia en las declaraciones de algunos policías que estuvieron inmersos en este caso.
Lo más cuestionable, es que para regularizar el trabajo de los policías albañiles, según la investigación fiscal, se dispuso que fueran consignados como personal que estaba realizando trabajo de inteligencia operativa.
Los hechos que se ponen en descubierto en la investigación fiscal, evidencian claramente como es el que ahora jefe máximo de la policía, hizo abuso de su poder para direccionar un proceso, que al final no salió como él hubiese querido, ya que el obrero a quien se le depositó 17 mil 600 soles en su cuenta, cuando solo se le debía 200 soles, devolvió con cheque de gerencia y notarialmente ese dinero, pese a todas las presiones que recibió para que lo entregue a otro oficial de la policía, que según la investigación fue enviado por Zanabria.
El cuestionable actuar de Zanabria Angulo, genera preocupación, más aún porque sigue al frente de la entidad policial en Lima. ¿Allí seguirá dando sus peculiares órdenes para cambiar funciones del personal policial?
‘Abuso’ en Arequipa
Pero este no es el único caso donde una autoridad de Arequipa abusa de su cargo. También tenemos al gobernador regional Rohel Sánchez, a quien le gusta atacar a quienes cuestionan su gestión regional.
El pasado 10 de mayo, no tuvo mejor idea que usar su discurso del Día de la Madre, para despotricar contra los periodistas y medios de comunicación. Sus afirmaciones hicieron ver a los comunicadores casi como el “diablo” ya que encarnaban el mal, la extorsión y el chantaje. Lo cuestionable es que lo hizo cuando no había nadie que lo pudiera refutar, o que le pidiera que demuestre cada una de sus afirmaciones.
Ahora que se le pide por parte del Colegio de Periodistas de Arequipa, el señor guarda silencio y tampoco se aparece en actividades donde pueda encontrar a esos seres que a su modo de ver encarnan el mal. Ha preferido cobijarse en su oficina.
El señor Sánchez debería usar mejor a sus tantos asesores que tiene, para buscar una mejor forma de defender su gestión. Que sustenten sus jugosos sueldos que tienen y no lo pongan en este tipo de situaciones.