Por: Omar J. Candia Aguilar/ ocandia@unsa.edu.pe
Apunte Jurídico.. Cuando la política inventa conflictos… Una de las viejas estrategias de los gobernantes cuando comienzan a perder respaldo popular, es recurrir al chauvinismo, ensalzar el nacionalismo. En los estados nación, si algo une a los ciudadanos es su himno nacional, los colores de su bandera, su historia, y en general el amor a su patria. Este sentimiento está por encima del apoyo a cualquier persona, líder, autoridad o político.
Gustavo Petro, sabe que por encima del respaldo que tiene de un sector de colombianos; esta, no cabe duda, el sentimiento nacional, el amor de los colombianos a Colombia, a sus colores y a su país. A más tres años de su llegada al poder, Gustavo Petro atraviesa la etapa más compleja de su presidencia, con denuncias por supuestas irregularidades en las contrataciones públicas, denuncias por interceptaciones telefónicas, señalamientos de financiamiento irregular a su campaña, entre otros.
Estas imputaciones han generado un menoscabo en la imagen y aceptación al gobierno del presidente Gustavo Petro, según Invamer (julio de 2025), el 68 % cree que la corrupción aumentó en este gobierno y la imagen favorable del presidente cayó al 28%.
Frente a esta coyuntura Petro, recurre a la vieja estrategia para mejorar su imagen frente a todos los colombianos presentándose como un “defensor del territorio patrio”, un defensor de los intereses del país cafetero. Acusa al Perú de haber ocupado un territorio que es de Colombia, precisando que el gobierno peruano ha violado el Protocolo de Rio de Janeiro.
Política: La Isla Santa Rosa pertenece al territorio peruano
De acuerdo a las apreciaciones del presidente colombianos, el Perú se habría apropiado de la isla Santa Rosa. Sin embargo, conforme a los tratados vigentes Santa Rosa pertenece al territorio peruano conforme se desprende del tratado Salomón-Lozano (1922) que establece, los límites generales entre Perú y Colombia, en virtud del cual Perú cede Leticia y Colombia reconoce la frontera pluvial.
Asimismo, el Protocolo de Canje de Ratificaciones (1934), documento mediante la cual se ratifica la ejecución del tratado Salomón-Lozano; con lo que, queda claro, que no existe un conflicto limítrofe y que las fronteras están delimitadas.

Es lógico pensar que estas afirmaciones de Petro tienen más una intencionalidad política, distraer la atención del pueblo colombiano, poner en la agenda un supuesto conflicto de intereses, apareciendo “como el patriota” que defiende el territorio colombiano.
Lo que no ha medido Gustavo Petro, son las consecuencias de un discurso beligerante. Pretender un conflicto afectan las buenas relaciones entre dos países hermano, menoscaba las relaciones diplomáticas, y lo peor, este discurso de Petro, puede generar un falsa percepción ciudadana, que en efecto, el Perú está incumpliendo los tratados internacionales que limitan el amazonas.
En un mundo donde los desafíos globales requieren cooperación y solidaridad entre naciones, la política no puede seguir siendo un instrumento para dividir a pueblos hermanos. Perú y Colombia comparten una historia común, desafíos amazónicos similares, y una vocación integradora que debe primar sobre cualquier intento de manipulación política.
La isla Santa Rosa no debe convertirse en un símbolo de confrontación, sino en un puente de unión entre dos países que, lejos de enfrentarse, deben trabajar juntos por el desarrollo sostenible de su región compartida. La verdadera grandeza de un gobierno no se mide por su capacidad de agitar banderas, sino por su compromiso con la verdad, la justicia y la paz.