Mientras la presidenta Dina Boluarte ofrecía su mensaje a la Nación este 28 de julio, las calles del Cercado de Lima y Barrios Altos fueron escenario de marchas, reclamos y enfrentamientos. Un grupo de manifestantes que se movilizaba por el jirón Huánuco con dirección a la avenida Abancay fue interceptado por un contingente policial en la cuadra 3 del jirón Jauja.
El choque entre ambos bandos incluyó el lanzamiento de piedras y botellas por parte de algunos protestantes, ante lo cual los efectivos de la Policía Nacional respondieron con bombas lacrimógenas para dispersar la movilización.
Simultáneamente, otro grupo intentó avanzar por la vía Evitamiento, entre el puente Huánuco y Acho, en su intento de llegar hasta el Congreso. Sin embargo, las autoridades desplegaron tres cercos de seguridad para frenar su avance.
Estos hechos se dieron en medio del discurso de Boluarte, quien en ese momento hablaba sobre la forma en que asumió la presidencia tras el fallido golpe de Estado de Pedro Castillo y las protestas que marcaron el inicio de su mandato.
Protestas de familiares de víctimas de protestas
En paralelo, familiares de las víctimas fallecidas durante las protestas de 2022 y 2023 también tomaron las calles de Lima, exigiendo justicia. Con pancartas, fotografías de sus seres queridos y lemas como “¡Ni olvido ni perdón!” y “¡Justicia para nuestros hijos!”, los manifestantes denunciaron la falta de avances en las investigaciones y la ausencia de responsables sancionados.
A pesar de los compromisos asumidos por las autoridades, aseguran que no han recibido una reparación integral. La indignación aumentó cuando, durante su extenso mensaje de 97 páginas, la presidenta evitó mencionar directamente a las víctimas o referirse a los casos de violencia ocurridos en su gestión.
Esta omisión fue duramente cuestionada por familiares y organizaciones de derechos humanos, que consideraron el silencio del Ejecutivo como una muestra de falta de empatía y negación del derecho a la memoria y la justicia.