Durante la tradicional Misa y Te Deum celebrada este 28 de julio en la Catedral de Lima, el arzobispo de Lima, cardenal Carlos Castillo, dirigió un mensaje directo y contundente a la clase política peruana, especialmente al actual Gobierno liderado por Dina Boluarte. «Es fácil ser dictador, pero muy difícil saber gobernar», manifestó el cardenal Castillo, en referencia a la historia bíblica de Samuel y Saúl, aludiendo así a decisiones erradas que pueden llevar a la ruina de un país.
Aseguró que la República peruana se constituyó en medio de enormes dificultades y que esas complicaciones persisten porque, según sus palabras, «primó siempre la sombra de la dictadura».
En su homilía, el religioso expresó su preocupación por el rumbo del país, advirtiendo sobre los peligros del autoritarismo, la desconexión de los líderes con el sufrimiento del pueblo y la falta de vocación política.
El líder de la Iglesia en Lima no se quedó ahí. En otro momento de su homilía, señaló que «el espíritu mafioso se ha apoderado de los corazones de muchos dirigentes», en una crítica directa a las redes de corrupción que, según él, afectan gravemente al aparato estatal.
«¡Nuestro pueblo nos llama a levantarnos!», exclamó el cardenal, haciendo un llamado a todos los sectores a recuperar la ética y la vocación de servicio en la vida pública.
Este mensaje se da en un contexto especialmente delicado para el Gobierno de Dina Boluarte. La presidenta afronta múltiples investigaciones fiscales y su nivel de aprobación se mantiene por debajo del 2 %, según diversas encuestas.
Dina Boluarte: manifestantes en las afueras de Palacio de Justicia
Además, mientras se desarrollaba la ceremonia religiosa, grupos de manifestantes se congregaban en las afueras del Palacio de Justicia para protestar contra su gestión, lo que evidencia el creciente malestar social y político en el país.
La intervención del cardenal Castillo ha sido interpretada como una clara muestra de que incluso desde la Iglesia se percibe la urgente necesidad de un cambio en la conducción del país.
Sus palabras han resonado no solo en los pasillos de la catedral, sino también en la opinión pública, que exige mayor conexión entre las autoridades y la ciudadanía, así como acciones concretas frente a la crisis política y social que vive el Perú.