Creo que … Se va, se aleja raudo este 2024. Se lleva una serie de propósitos, que de acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española es el “Ánimo o intención de hacer o de no hacer algo”.
En contraposición, surge el despropósito que dice literalmente : “Dicho o hecho fuera de razón, de sentido o de conveniencia”. Es decir lo que queremos haber hecho y lo que simplemente no hicimos.
Hace buen tiempo, me prometí no escribir sobre política, menos en medio del descalabro que vivimos, donde la actual mandataria, Dina Boluarte es una caricatura de lo que quiere ser y nunca lo será. No da la talla, para dirigir el país.
Mejor vayamos, sobre las líneas iniciales, donde de un tiempo a esta parte, somos unos expertos en prometernos una serie de acciones, que por diversas razones, más de orden práctico, no hacemos nada, por llegar a cumplir esa suerte de promesas anuales.
No soy sociólogo, solo me valgo de un buen ojo “clínico”, donde muchos son los propósitos, al inicio de cada nuevo año, para irlos posponiendo, para después.
Más tarde, mañana, en fin, son las mismas pequeñas mentiras, que como los políticos de nuestro país, rechazan la corrupción, pero con la otra mano, “mochan” el sueldo de sus colaboradores. Vaya vaya.
Por ejemplo, leo con estupor, que han aprobado la creación de 20 nuevas universidades, como si fuera lo pertinente, para mejorar la calidad educativa universitaria, cuando es uno de los tantos buenos propósitos para acabar convertido en un tamaño despropósito. Esta acción, solo puede caber en la ignorancia supina de los padrastros de la patria.

Si vamos sobre los deseos. No subestimes las pequeñas acciones. Tendemos a infravalorar el poder de las pequeñas acciones: ‘Para 10 minutos leyendo mejor miro el móvil’ cuando en realidad la suma de todas las pequeñas acciones proporciona un interés compuesto. Si lees 10 minutos al día 365 días al año, al final del año habrás leído bastante.
Creo que uno de los grandes propósitos, es regalarte tiempo para uno mismo. Valga decir, tratar de ser una mejor persona.
Un mejor ser humano, porque luego de la pandemia, y pese a todo lo malo que trajo consigo, nos tuvo que haber dado tiempo, para en el encierro, salir si bien no transformado, por lo menos, con una mayor valoración sobre la necesidad de tratar de ser feliz y hacer felices a quienes nos rodean.
Creo que… todo está acabando en un despropósito
Sin embargo, todo está acabando en un despropósito, porque la vida es cada vez menos valorada. No pasamos de las buenas intenciones, de los buenos deseos que solo se quedan en eso. No te rindas, que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir tus sueños…
Al final de este 2024 que se va, solo espero que cada uno o una de quien lea estas líneas, busque tiempo para amar, para querer, para soñar, para ser felices y sobre todo, para ser uno mismo, en medio de todo lo inmediato, en que se convierte todo.
«Hay menos tiempo que lugar, no obstante, hay lugares que duran un minuto y para cierto tiempo no hay lugar.» Debe ser un buen propósito, pero nunca debe acabar en despropósito.
«De vez en cuando hay que hacer una pausa, contemplarse a sí mismo, sin la fruición cotidiana, examinar el pasado rubro por rubro, etapa por etapa, baldosa por baldosa, y no llorarse las mentiras sino cantarse las verdades.» (Mario Benedetti) ¿Estamos? Hasta la próxima.